Luis Eduardo Huachamín Vega, de 60 años
de edad, heredó la profesión de su padre: ser policía. Durante sus 33
años y 8 meses de carrera dentro de esta institución recorrió varias
provincias, desempeñó distintos cargos, alcanzando así una vasta
experiencia que le permite -sin titubear- reconocer los diferentes tipos
de delitos y más aún, cómo prevenirlos.
Hace poco más de cinco años, este
Suboficial Primero consta entre la extensa lista de jubilados que tiene
el país. Esto no lo desanima, por el contrario, le permite recordar la
vez que un guerrillero ebrio le sacó un cuchillo y le dijo que lo iba a
“quebrar”.
Fue cuando estuvo como jefe del
destacamento de Puerto El Carmen, en Putumayo (Sucumbíos), donde
también era parte del departamento de inteligencia contra la guerrilla.
“A veces la adrenalina le puede jugar una mala pasada”, refiere
Huachamín, al tiempo que revela que su actitud frente al rebelde fue
enfrentarlo sacándole un puñal.
“Mire mijo yo tengo el mío (puñal) que
es más grande, así que piense lo que va a hacer. Coja y vuélvase para el
otro lado (Colombia)”, fue lo que le dijo el uniformado al guerrillero.
Ese ímpetu aún intacto y su ‘sangre’ de
policía, que no lo han dejado descansar, llevaron a Huachamín a formar
parte del proyecto de Seguridad Ciudadana Red de Poder Ciudadano que se
gestó en 2011 y que actualmente se ejecuta en Sucumbíos.
En esta provincia, según datos de la
Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) de la Policía Nacional, en los
últimos 11 años se registró un total de 31 casos de extorsión por
secuestro de personas.
Para Huachamín el tema de los secuestros
no es ajeno. Él asegura que ese era el delito más común en años
anteriores, pero que el dinero exigido a familiares por devolverles a su
pariente “eran pocos miles. Ahora ya no, porque piden más dinero”.
Los responsables
Asimismo,
ante la interrogante de si este ilícito es cometido por colombianos (en
calidad de refugiados) o por ecuatorianos, el agente en servicio pasivo
menciona que “aquí el ecuatoriano hace ‘inteligencia’, él es el que
conoce, el que verifica, para luego entregársela a grupos que venden esa
‘inteligencia’”.
Al referirse a ‘inteligencia’, Huachamín
habla del trabajo operativo que es hacer el reconocimiento de la casa
de la víctima, cuánto dinero posee, cómo vive, cómo puede ser más
vulnerable al secuestro, la hora en que se lo puede realizar, los
lugares que frecuenta, quiénes lo rodean. Él dice que aquí están
implicados tanto ecuatorianos como colombianos.
Para prevenir que más personas sean
víctimas de los plagiadores, el proyecto de seguridad ciudadana
contempla la capacitación a base de charlas de prevención en los
sectores que son más vulnerables.
Manual de prevención
Cómo
comportarse, cómo prevenir un secuestro, cómo tiene que mantenerse la
vivienda (seguridades) y más consejos para evitar ser sorprendidos por
los delincuentes forman parte también de un manual donde también constan
los ‘diez mandamientos’ de cómo abordar un taxi.
“Porque lamentablemente hay taxistas malos”, sostiene el hombre, oriundo de Baeza (Napo).
Al igual que Huachamín, Ángel Angulo
también decidió unirse al grupo y es uno de los 50 instructores que
conforman la Red de Poder Ciudadano.
Angulo dice que las capacitaciones a los
dirigentes barriales son entre 30 y 45 horas dependiendo de si las
charlas están enfocadas en seguridad personal, guardianía, primeros
auxilios, asaltos, robos, prevención de incendios, transporte de
valores, protección de dignatarios y obviamente los secuestros.
Cultura ciudadana
Lo
que se busca con la entrega del manual en los barrios de esta provincia
es que se genere “una cultura ciudadana en seguridad, cómo debe ser el
comportamiento urbano, cómo retirar dinero de los cajeros automáticos,
cómo hacer compras, cómo dejar estacionado un vehículo, cómo conducirse
por las carreteras porque ahí hay secuestros”, refiere William Barba,
líder del proyecto y exgobernador de Sucumbíos, provincia con 174.522
habitantes, según el último censo de población realizado por el
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2011.
Barba explica que en esa provincia
existe despreocupación por parte de sus habitantes y esto se debe, según
él, a la diversidad de culturas inmersas en este territorio. “Hablamos
de colombianos, indígenas de la Sierra, del Oriente, costeños, esto ha
generado que haya una xenofobia de parte y parte y que cada cual trate
de hacer su vida sin vivir en comunidad”.
Esto -precisa el líder de la propuesta-
no ayudó a fortalecer lo que nosotros llamamos la ‘reconstrucción del
tejido social’ para de ahí podernos encaminar a una práctica común que
es el objetivo de todos: la seguridad.
Desde el 2011 en que empezó a ejecutarse
este proyecto, con bases en los conocimientos adquiridos en el
Observatorio de Seguridad Ciudadana local, los resultados que según
Barba se han alcanzado, tienen que ver con el trabajo conjunto entre la
Policía, autoridades y la sociedad civil.
Violencia
Barba
menciona que Sucumbíos tuvo una violencia que se generaba en la frontera
por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y
grupos paramilitares, pero “esto no inmiscuía en un 100% a los
ecuatorianos. Ahí se daban los asesinatos selectivos”.
“De todas maneras, el carácter violento
del ciudadano colombiano ha repercutido muchas veces en que se genere la
violencia urbana. Hablemos de conflictos entre finqueros”, menciona el
exgobernador.
Asimismo, Barba cuenta que se
estigmatiza a los colombianos que reciben ayuda de parte de la Agencia
de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y de
las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
“Los ecuatorianos piensan que el Estado
ecuatoriano los está favoreciendo y no es así, porque hay fondos
especiales de estas organizaciones para los colombianos”, dice Barba.
Una de las metas a corto plazo que
tienen la Red de Poder Ciudadano, que agrupa a 150 organizaciones
sociales, es replicar su propuesta en ciudades como Quito y Guayaquil.
“El proceso no es fácil, pero el éxito se da con la perseverancia y la inclusión de jóvenes”, añadió Barba.
Datos de la Acnur
* Según un informe de este organismo,
Sucumbíos tiene 12.120 refugiados y 3.616 solicitantes de asilo. Esta es
la provincia de frontera con mayor número refugiados.
* El 99% de los refugiados son colombianos.
* El 60% de la población de las 41 comunidades de frontera son refugiados.
* En 2011, la Dirección de Refugio del
Ecuador admitió a trámite y registró 2.285 nuevos solicitantes que
vivían en las provincias de Sucumbíos y Orellana, lo que supone una
media de 190 por mes.